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Transformamos cuerpos tensos en movimiento consciente

Desde 2019, hemos acompañado a miles de personas en su viaje hacia una vida sin dolor crónico mediante yoga restaurativo.

Plextolin nació cuando notamos algo importante: muchas personas abandonan programas de bienestar porque ignoran las señales reales del cuerpo. Nosotros construimos algo diferente: un espacio donde escuchar se vuelve tan valioso como moverse.

Cómo llegamos hasta aquí

Cada etapa marcó un descubrimiento sobre lo que las personas realmente necesitan cuando buscan sentirse mejor.

2019 — Los inicios modestos

Comenzamos con sesiones pequeñas en un estudio compartido. La idea era simple: ofrecer yoga que respetara los límites individuales en lugar de empujar más allá de ellos. Seis participantes se convirtieron en nuestros primeros maestros sobre lo que funcionaba.

2021 — Expansión reflexiva

Abrimos nuestro propio espacio en Tlalpan después de que la demanda superara nuestra capacidad. No fue crecimiento por ambición, sino porque cada vez más personas compartían historias sobre dolores que ningún médico había resuelto completamente.

2023 — Programas especializados

Desarrollamos rutas específicas para diferentes necesidades: recuperación postural, manejo del estrés crónico, movilidad después de lesiones. Cada programa surgió directamente de peticiones recurrentes de nuestros estudiantes.

2025 — Comunidad consolidada

Hoy somos un punto de referencia en la zona sur de CDMX. Más de 200 personas pasan por nuestras sesiones cada mes, y seguimos aprendiendo de cada conversación sobre lo que el cuerpo intenta comunicar cuando duele.

Lo que guía nuestro trabajo

Estos principios aparecieron naturalmente después de años observando qué ayudaba de verdad y qué solo sonaba bien en teoría.

Escuchar antes de actuar

Cada cuerpo cuenta una historia distinta sobre tensión acumulada. Dedicamos las primeras sesiones únicamente a entender patrones individuales antes de sugerir cualquier cambio.

Progresión personalizada

No existe una línea de tiempo universal para sentirse mejor. Algunas personas notan cambios en semanas, otras necesitan meses. Ajustamos el ritmo según lo que observamos, no según lo que esperamos.

Educación sin jerga

Explicamos qué sucede en el cuerpo usando palabras comunes. Si alguien sale de una sesión sin entender por qué hicimos algo, fallamos en nuestra comunicación.

Movimiento realista

Diseñamos secuencias que caben en vidas ocupadas. Treinta minutos diarios bien aprovechados superan las promesas de transformaciones que requieren reorganizar toda tu rutina.

Comunidad sin presión

Creamos un ambiente donde está bien detenerse, modificar posturas o simplemente descansar. La comparación con otros estudiantes no tiene lugar aquí.

Resultados medibles

Rastreamos progreso con métricas simples: rango de movimiento, frecuencia de molestias, calidad del sueño. Los datos nos ayudan a ajustar enfoques de manera objetiva.

Quiénes facilitan las sesiones

Dos instructoras con caminos distintos pero una perspectiva compartida sobre lo que significa trabajar con respeto hacia el cuerpo humano.

Renata Villalobos enseñando técnica de respiración en sesión grupal

Renata Villalobos

Directora de programas

Llegó al yoga restaurativo después de una lesión de columna que ningún tratamiento convencional resolvía completamente. Pasó tres años estudiando anatomía funcional antes de certificarse. Su enfoque combina precisión técnica con paciencia genuina para los días difíciles.

Sofía Echeverría guiando ajuste postural personalizado

Sofía Echeverría

Especialista en recuperación

Trabajó cinco años como fisioterapeuta antes de incorporar yoga a su práctica. Nota conexiones entre tensión emocional y física que otros pasan por alto. Sus sesiones tienen fama de abordar molestias que parecían imposibles de aliviar.